El estudio brasileño Tetro Arquitetura crea un refugio, donde la arquitectura respira con el entorno y se deja atravesar por la emoción

A las afueras de Belo Horizonte, lejos del bullicio urbano y más allá de una sierra que actúa como umbral simbólico, se descubre Casa Seriema. Allí, en un claro entre montaña y bosque, el estudio Tetro Arquitetura ha concebido mucho más que una vivienda: ha creado una experiencia sensorial, un retiro silencioso donde la arquitectura no solo se habita, también se contempla.

Implantada entre dos escenarios contrapuestos —una apertura hacia la montaña y la densidad sombría del bosque— la casa dialoga con ambas realidades sin imponerse. Su forma responde a ese equilibrio: una pared ondulante de piedra negra divide el espacio y, al mismo tiempo, lo ordena. A un lado, la zona destinada a compartir, inundada de luz y sonidos, abierta al horizonte. Al otro, un ámbito introspectivo de penumbra y recogimiento, pensado para el descanso, la contemplación y la lectura.

Inspirada por las seriemas —aves típicas de la región que recorren libremente el entorno— la casa toma su nombre y su espíritu. Fue concebida no como una simple residencia, sino como un espacio de pausa. Un lugar donde la arquitectura se hace compañía silenciosa, donde los materiales —piedra negra en los muros, piedra blanca en el suelo— transmiten continuidad, permanencia y pertenencia al lugar.

En Casa Seriema, la materia también narra: la piedra —único material protagonista— configura su esencia. Piedra que es suelo blanco y muro oscuro, que es cueva y mirador, que es silencio y viento. La casa es, como dice el propio estudio, tiempo, río, montaña. Es arquitectura que respira con el entorno y se deja atravesar por la emoción.

Proyecto: Casa Seriema.
Arquitectura: Tetro Arquitetura.
Arquitectos: Carlos Maia, Débora Mendes e Igor Macedo
Ubicación: Brumadinho, Minas Gerais, Brasil.
Terminado: 2024.
Área contruida : 350 m².
Fotografia: Luisa Lage.
Colaboradores: Bruno Bontempo, Bianca Carvalho, Bruna Maciel, Carolina Amaral, Saulo Saraiva, Sabrina Freitas.

Estructura: Cálculo Concreto
.
Ingeniería: CA engenharia
.
Iluminación : Iluminar.
Construtora : Techno.
Carpintería, Ventanas y Vidrios: Cinex.
Revestimientos, Cerámica y Metales: Bel Lar.
Piedra: Art Pedras.
Ebanistería, armarios de cocina: Líder.
Mármol: Mármores LTDA.
Climatización: Grupo Orlando.
Mobiliario: São Romão.
Cortinas: Ana Luisa Decorações.

Tetro Arquitetura

Detrás de Casa Seriema está Tetro Arquitetura, un estudio con sede en Belo Horizonte fundado por Carlos Maia, Débora Mendes e Igor Macedo, cuyo trabajo se ha consolidado como una referencia dentro y fuera de Brasil por su enfoque profundamente contextual y emocional.

A diferencia de otros estudios que persiguen una identidad visual reconocible, Tetro renuncia a una firma estética única. Cada uno de sus proyectos es una respuesta singular al lugar y a las personas que lo habitan. Esta postura, deliberadamente anticanónica, parte de una escucha activa y una sensibilidad casi artística hacia el entorno. No es casual que sus casas recuerden más a piezas escultóricas o poemas construidos que a objetos arquitectónicos convencionales.

En sus obras, la naturaleza no es un decorado, sino una condición fundacional. La integración con el paisaje, el uso de materiales con carácter y la valorización del vacío son constantes que atraviesan su trayectoria. En muchas de ellas, como en Casa Açucena o Casa Rampa, la vegetación entra en el espacio arquitectónico o lo moldea. Hay un respeto profundo por lo que ya está: el terreno, la luz, el clima, la memoria del lugar.

En una entrevista reciente, los arquitectos explican que no buscan producir una arquitectura de impacto visual inmediato, sino una que “se descubra con el tiempo”, que se revele poco a poco, como una conversación íntima. Esa búsqueda se traduce en espacios que conmueven más que impresionan, que invitan a quedarse, a observar, a sentir.

La trayectoria de Tetro se ha forjado también desde la resiliencia. En 2014, en plena crisis económica brasileña, el estudio redirigió su actividad de proyectos industriales hacia la arquitectura residencial. Esa transformación marcó un punto de inflexión y permitió el desarrollo de una identidad arquitectónica más autoral, orientada a la creación de residencias únicas que dialogan con su entorno y sus habitantes.

El reconocimiento no tardó en llegar. Premios como el Golden Trezzini, el Architizer A+Awards o los Lusófonos de Arquitectura avalan su enfoque innovador. Pero más allá de los galardones, lo que distingue a Tetro es su capacidad para crear arquitectura desde la emoción. Cada obra es una narración sensible, donde la forma y la materia responden a una intuición profunda sobre el habitar.

Tetro Arquitetura no diseña casas. Construye vivencias. Y en esa manera de entender la arquitectura —como una forma de arte viva, capaz de resonar emocionalmente— se encuentra la clave de su relevancia contemporánea. Casa Seriema no es una excepción. Es, quizás, su mejor poema.

Fuente: Tetro Arquiteture.