En el silencio cálido del taller, entre la luz de Brooklyn y la memoria del paisaje inglés, las manos de Tania Whalen trazan un lenguaje antiguo y contemporáneo al mismo tiempo. Nacida en Londres, Tania creció entre bosques húmedos, formas orgánicas y una sensibilidad por lo sutil. Se marchó de su ciudad natal, a los 18 años para mudarse a Tokio, pero hace unos años volvió a cambiar de destino y se instaló en Brooklyn, un entorno vibrante que contrasta y a la vez amplifica la serena introspección de su obra.
Estudió Bellas Artes en la universidad, donde se enfrentó por primera vez a la cerámica, pero no fue hasta hace nueve años cuando empezó a experimentar primero con porcelana y después con arcilla, para crear esculturas orgánicas, extrañamente bellas que parecen salidas directamente de la tierra. “Descubrí que el colectivo Gasworks NYC tenía su estudio justo enfrente de mi casa, y me hice socia. Es maravilloso formar parte de un grupo creativo», comenta.





Whalen ha encontrado en el barro su voz definitiva: una voz sin palabras, que habla desde la quietud. Su obra, no busca lo perfecto, sino lo verdadero. «Mi trabajo celebra la identidad natural de la arcilla, resaltando sus texturas y formas orgánicas a través del trazo: como el viento, el agua y la arena dan forma a la tierra, mis superficies transmiten movimiento y profundidad. Me inspiro en la naturaleza, la arquitectura, el arte y la música, y colecciono notas de objetos cotidianos con siluetas llamativas para reimaginarlos en arcilla» explica Tania.






Más que objetos, sus piezas son paisajes en miniatura, topografías emocionales. Hay en ellas algo ritual, casi sagrado. Tania no trabaja solo con arcilla, sino con el tiempo: el tiempo del torno, del secado, del fuego. “La cerámica me obliga a escuchar”, ha dicho en alguna entrevista. Escuchar los ritmos internos, los accidentes fértiles, la resistencia de la materia.
Su filosofía creativa rehúye las prisas del mercado y se alinea con una idea de belleza profundamente conectada con la sostenibilidad, con el respeto por los procesos artesanales y con una forma de vida atenta y consciente. En un mundo que tiende a lo veloz y lo superficial, su trabajo es todo un acto de resistencia.
En Exágono, celebramos a los artistas que crean con sentido, que ofrecen refugios visuales y táctiles, que nos recuerdan la importancia de lo hecho a mano. Tania Whalen es, sin duda, una de esas creadoras esenciales. Sus piezas no son solo cerámicas: son gestos detenidos en el tiempo, fragmentos de una conversación eterna entre el ser humano y la tierra.





Tania Whalen
gtaniawhalen@gmail.com
www.taniawhalenceramics.com
@taniawhalenceramics