El estudio Viruta Lab ha llevado a cabo una rehabilitación de aires poéticos de este pequeño piso de 55,80 m2 en la zona madrileña de Salesas inspirándose en los versos de José Bergamín. En el poema ‘Anocheció Madrid’, el autor madrileño del siglo XX rinde homenaje a la vertiente más nocturna de la capital, una influencia que David Puerta y María Daroz, cofundadores de Viruta Lab, han capturado para plasmarla en cada rincón de este apartamento construido en los años 80.
«Anocheció Madrid que parecía
cubierto del cristal más transparente
que estaba amaneciendo de repente
con tanta claridad como de día
Luces vivas sus calles repartía
poblando la ciudad, más que de gente,
de destellos de luz resplandeciente
que el aire embelesaban de alegría.
El cielo miró arder desde su abismo,
como un diamante en negro terciopelo
Madrid, alma encendida a su espejismo:
ciudad nocturna en urna de su hielo,
Narciso enmascarado de sí mismo,
y Eco, muda de asombro, el mismo cielo.»
José Bergamín
Originalmente, este espacio de dimensiones reducidas conservaba la característica penumbra de las viviendas fragmentadas y tabicadas de la época. Sus suelos entarimados de madera natural resonaban con el crujir nostálgico del pasado. Viruta Lab ha despojado las particiones opacas, permitiendo que la luz natural bañe el interior. Además, el estudio ha creado un filtro de cristal transparente, reminiscencia de los antiguos clubs privados de los años 50, que no solo divide la zona de descanso, sino que también amplía las visuales y mejora la luminosidad general. Los versos de Bergamín se respiran en la urna de hielo y el diamante negro de terciopelo, elementos descritos por el autor en su poema.
Geometría y materialidad
La vivienda presenta una planta rectangular que Viruta Lab simplifica, pasando de seis zonas cerradas a tres, siendo el baño el único área completamente independiente. La liberación de estas particiones opacas permite descarnar toda la vivienda para ampliar las vistas diagonales del espacio, aumentando la percepción de las dimensiones de planta.
Gracias a esta solución, la luz natural baña todos los rincones del espacio que antes quedaban en penumbra y, por tanto, se potencia la entrada de luz natural a la vivienda. Es en este elemento donde el filtro de cristal más transparente diseñado por Viruta Lab juega un papel clave. Este filtro se ha materializado a través de una vidriera con perfil y dibujo de bastidor metálico que se presenta como elemento arquitectónico principal. Esta pieza diseñada a medida permite tamizar la zona de descanso más íntima sin limitar las visuales ni la luminosidad del espacio. Por su parte, el almacenaje empotrado y los panelados fijos generan una partición visual que envuelve las estancias mientras recorre todo el perímetro de la vivienda. Este concepto se presenta a través de una estructura llamada «urna de hielo», seleccionada debido al tono cashmere del fondo de los tableros. Estos tableros se han enmarcado con un borde de madera de roble, alcanzando la altura marcada por los huecos de las ventanas originales del edificio. Esta línea de corte no solo contribuye a nivelar las diferencias de altura en los techos, sino que también integra el sistema de climatización de la vivienda, aprovechando las alturas máximas de las áreas libres mediante un efecto plafonado.
Se han realizado únicamente dos aberturas en este perímetro de almacenaje, ubicadas estratégicamente en la zona de salón y habitación, presentando un contrapunto visual en planimetría. Estas aberturas se han materializado como puntos que contrastan con las tonalidades del diseño de interiores, evocando la imagen de «un diamante en negro terciopelo», inspirado en un tejido en espiga pesado y gris, reminiscente de los días melancólicos de lluvia del Madrid más nostálgico.
Además, la geometría irregular en los planos de las carpinterías exteriores cumple la función de generar dos bancadas que buscan ortogonalizar el espacio. Estos elementos no solo contribuyen a la creación de almacenamiento adicional, sino que también proporcionan zonas de descanso equipadas con colchonetas, ideales para desconectar y sentarse a observar las calles del barrio de Salesas.
Desde el acceso a la vivienda, la distribución de programa presenta la cocina a doble banda. La zona de trabajo se integra con coherencia al lenguaje estético de toda la vivienda. En ella, se introduce una bancada con una profundidad adicional de 80 que dignifica su presencia y se convierte en un mueble más del salón con estantería incorporada. Esta estancia aporta un tercer material que completa la minimalista paleta de materialidad: un porcelánico con efecto mármol gold, presente también en el baño.
En cuanto al pavimento, Viruta Lab ha decidido preservar el suelo original. Para ello, han restaurado las piezas inexistentes debido a la nueva distribución y lo han revisado para actualizar su lenguaje. Además, han tratado el tono amarillento de las tablillas para obtener un color más neutro, mate y de aspecto natural en sintonía con el nuevo interiorismo de la vivienda.
Iconos del diseño, texturas geométricas y mobiliario de tamaño reducido María Daroz y David Puerta han seleccionado personalmente la mayoría de las piezas de mobiliario que visten la vivienda. El equipo creativo ha buscado crear un lenguaje masculino a través de líneas pesadas que contrastan con la envolvente arquitectónica.
El suelo de madera preexistente se realza mediante la colocación de alfombras en espiga de lana gris, sobre las cuales descansan distintos iconos del diseño de los años 50 y 70. Estas piezas, con un carácter muy marcado, se presentan como las principales protagonistas del espacio. En ellas, destaca el color camel, que actúa como contrapunto a los fríos aceros cromados y lijados. Además, la superposición de texturas geométricas, una característica distintiva de la estética de Viruta Lab y de los tejidos del norte, genera el binomio perfecto.
Asimismo, dadas las dimensiones del espacio, el estudio ha optado por un mobiliario de tamaño reducido, pero con carácter y versatilidad. De esta manera, puede ser utilizado en las distintas estancias de la vivienda según el uso que se requiera.
Iluminación natural, cálida y funcional
La apertura total de los espacios y la eliminación de zonificaciones opacas han sido dos elementos clave en el proyecto de iluminación de la vivienda. Así pues, la luz natural fluye desde ambos laterales del piso, creando un entorno luminoso y con ventilación cruzada.
La entrada, definida por dos ventanales facetados que evocan la apariencia de un mirador contemporáneo, distribuye la luz de manera uniforme entre las áreas de día y noche. La transición entre estas zonas es fluida gracias a la presencia de una cristalera que separa visualmente los espacios sin obstaculizar el flujo de luz. En contraste, el vestidor adyacente a la zona de noche presenta otra abertura estratégica que contribuye a colmar el espacio de luz natural.
Debido a la antigüedad del edificio y al objetivo de recobrar su esplendor y valor señorial, Viruta Lab ha potenciado el proyecto de iluminación artificial para generar ambientes y destacar los iconos del diseño. En la zona del comedor, se presenta una única lámpara colgante de tubo y acero lacado negro, que ha servido como hilo conductor para personalizar los demás apliques de pared en la vivienda. Estos apliques están siempre dispuestos en parejas, manteniendo un lenguaje visual uniforme en todo el proyecto. Además, emiten una luz cálida gracias a la luminaria de tubo de cristal opal con difusión suave, contribuyendo así a una atmósfera acogedora y funcional en toda la vivienda.
Proyecto: Lápiz gris noche.
Interiorismo: Viruta Lab. María Daroz & David Puerta.
Constructora: Varmont Build.
Superficie: 55,80 m2
Ubicación: Plaza de Salesas. Madrid.
Fotografía: Paloma Pacheco.
Dirección de Arte y Home Staging: Viruta Lab, FHE Art Studio.
Carpintería interior: Viruta Lab.
Carpintería metálica exterior: Cortizo.
Electricidad e iluminación: LS990 blanco de Jung.
Agradecimientos: Tristan Domenecq Casa, IKB 191, Studio Bañón, Judith Sanquintín y Llop Madrid.
Mobiliario
Salón: Sofá piel años 70: DS 31 de Sede Swiss en Tristán Domeneq Casa. Peana negra: Peana SXX en Tristán Domeneq Casa. Mesas centro acero años 70: Cubo Tugsteno en IKB 191. Mecedora tubular blanca: Esqueleto de Armombiedro en IKB191. Butaca: Bogie en Studio Bañón. Cojines: C&C Milano. Estores: Pannno. Alfombra: Nordica Chevron Mist de Rols Carpet. Atrezzo salón y baño: Teléfono, busto cara, peana y busto cuerpo en Judith Sanquintín. Papel dibujo espiga: Blooming Moments de Saint Honoré.
Comedor: Mesa Comedor años 50: Gio Ponti en Judith Sanquintín. Sillas comedor: Refix de Jordi Ribaudí en Llop Madrid. Lámpara comedor: Arc de Aromas del Campo. Cuadro comedor: Abstracto marrón y negro Tristán Domeneq Casa. Piezas de barro comedor: Nau de Asterisque en Llop Madrid.
Cocina: Cuadro cocina: Constellation de Bacbac Studio. Piezas de barro cocina: Varios en Tristán Domeneq Casa. Porcelánico bancada y revestimiento: Calacatta Gold de Living Ceramics.
Dormitorio: Cabecero: Viruta Lab. Lámpara mesa noche: Lámpara mármol en Tristán Domeneq Casa. Tejidos: Sábana, manta y toalla de Matarranz.
Viruta Lab
Viruta Lab nace en 2020 como reflejo de las inquietudes artísticas y arquitectónicas de los diseñadores David Puerta y María Daroz. Mientras él plasmaba su pasión por el dibujo pintando en las paredes, ella se formaba en la exigente y delicada disciplina del ballet clásico. Dos vidas ensambladas a la perfección, que funcionan al unísono. Puro efecto diapasón. Así es su arquitectura: funcional, equilibrada, sensible y sonora. Proyectos orgánicos, cálidos y atemporales que nacen de la escucha activa, de la empatía y del trabajo en equipo con el cliente. Espacios residenciales, efímeros, de retail y de contract con un propósito: la emoción.
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