Juan Ramón Martín, arquitecto apasionado de la escultura en acero que realiza con precisión y limpieza constructiva

14 octubre 2024
"Dos elementos de una escultura (o de una pieza arquitectónica) deben estar unidos mediante un vínculo que haga de transición entre ellas: puede ser un espacio vacío o un elemento de masa; como si se tratara de dos palabras unidas por sus respectivas conjunciones o adverbios. Entiende que la sintaxis constructiva es fundamental en la obra plástica" nos explica.
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Arquitecto por la Universidad Politécnica de Madrid, Juan Ramón Martín es también escultor y profesor de dibujo en la Fundación Universitaria CEU San Pablo. En 2006 comienza sus trabajos de escultura en metales, actividad ininterrumpida desde entonces. Ejerce la escultura en el estilo llamado abstracción geométrica que tiene su raíz en el arte constructivista de principios de siglo XX. El material con el que se siente más identificado es el acero. Le interesa especialmente la obra bien ejecutada. La precisión y la limpieza constructiva. Considera la claridad de ideas y su expresión plástica como motor de trabajo.

«Dos elementos de una escultura (o de una pieza arquitectónica) deben estar unidos mediante un vínculo que haga de transición entre ellas: puede ser un espacio vacío o un elemento de masa; como si se tratara de dos palabras unidas por sus respectivas conjunciones o adverbios. Entiende que la sintaxis constructiva es fundamental en la obra plástica. Cada escultura que se presente ante el espectador debe ser una imagen única, una propuesta, una ecuación, un planteamiento o un punto de partida. La solución queda abierta. La escultura es, como cualquier manifestación artística, un arma cargada de razones, intuiciones y pensamiento» nos explica.

Presentamos una selección de obras que Juan Ramón nos ha enviado y que comenta a continuación.

Torres Pikionis 

Es un conjunto unitario de 8 piezas escultóricas que toman sus geometrías de los solados de mármol pentélico que el arquitecto griego Dimitris Pikionis diseñó en la mitad del siglo XX sobre el camino que circunvala la Acrópolis de Atenas.  Las 8 piezas, esculturas de inspiración arquitectónica, están realizadas en acero y/o en latón. Se expresan en el lenguaje del constructivismo y la geometría fría. Miden de menos de un metro y tienen una vocación escalar. 

Están generadas a partir de dibujos que realicé del natural sobre los caminos que rodean la Acrópolis, especialmente en los solados que muestran las intrincadas geometrías diseñadas por el arquitecto.

Como si de elementos arquitectónicos se tratara son esculturas que guardan orden y espacio interior y vibran con la potencia de las estructuras y de las líneas de tensión. Son contenedores de volúmenes vacíos y cierran espacios metafísicos habitables. Están compuestas por planos y líneas y las ocho piezas describen dibujos, ángulos, diedros y triedros. Generan las sombras triangulares de las que hablaba Oteiza. 

Pongo especial interés en la buena ejecución del trabajo escultórico. Las uniones deben estar bien ejecutadas. La precisión y los buenos ajustes entre las partes son necesarios e imprescindibles para que el organismo se presente ante el espectador con la fuerza de la obra bien pensada, bien ejecutada. 

La abstracción que proponen estas 8 esculturas queda desvelada cuando sobre ellas reflexionamos en clave arquitectónica. En ellas imaginamos a un hombre que deambula (flota ingrávido) por el espacio vertical definido, mientras experimenta su silencio

La esfera y el cilindro son elementos geométricos muy presentes en la arquitectura. El cubo y sus derivadas prismáticas representan el espacio interior donde tiene lugar la vida. Son las formas que acogen al ser humano desde tiempos muy pretéritos. Lugares en los que se produce lo más complejo, lo más poético y lo más apasionante. En nuestra cultura el espacio prismático se ha asimilado a la propia piel del individuo, creando de esta manera un cuerpo que arropa a otro cuerpo a su vez, siendo todas estas piezas parte intrínseca del mismo hombre.

Las ocho esculturas prismáticas proponen una nítida forma que se hace patente principalmente a través de los ojos. Tras la contemplación aparecen las formas latentes, invisibles, pensadas y recogidas en la memoria. En este momento desaparece la escala. Se convierten es estructuras pensadas, ideales, donde puede caber un individuo o un rascacielos.

Los meses

Esta serie compuesta por doce piezas se titula “Los meses” y está integrada en el proyecto “Los meses y las horas”, que evoca el espacio y el tiempo a través de las formas de los instrumentos de navegación y de las maquinarias de los relojes. Artefactos mecánicos hijos de la precisión y la belleza geométrica. Máquinas que miden el paso del tiempo o determinan distancias, ángulos, derivas o trayectos. Estas piezas participan de la doble condición de ser construidas, deconstruidas y vueltas a construir, en un juego de libertad en el que la matemática y la poesía visual son fuente de la que emana la forma. El fin último de esa serie es entregar al observador objetos para el placer de la contemplación… 

Estas piezas están realizadas en latón macizo y han sido forjadas en frío con una curvadora de rodillos de acero. Todas las uniones están atornilladas. El acabado superficial es pulido con hoja de lija de 800 p/mm. Todos los procesos, desde la concepción, los dibujos preliminares y trabajos mecánicos como cortes, curvado, taladros, tallado de roscas, etc, han sido realizados de manera manual o con la ayuda de pequeña maquinaria en mi taller de Madrid.

Místicos

Estas obras pertenecen a la colección Místicos, presentada en el Monasterio de Santa María de el Paular en 2023. Son esculturas realizadas en homenaje a los distintos místicos españoles. Están realizadas en chapa de acero y varilla con acabado pavonado. Esculturas de dimensiones reducidas que me han servido para desarrollar las siguientes ideas: Un núcleo principal del que se desprende uno secundario que vuela hacia el espacio. El primero que podría representar al ser físico, orgánico, a aquel que ha llevado la carga de la vida biológica y que ha trazado la vida biográfica del personaje representado, y un elemento segundo, también nuclear, en el que queda representada la vida espiritual: el viento que transita de manera transversal al ser y que lo dota de significado esencial. El primero cerrado de manera más o menos esférica y el segundo de forma lineal escapándose hacia afuera, volando.

Estas esculturas investigan los aspectos ontológicos de los personajes retratados sin aludir a la forma de su cuerpo o a la cabeza. Son los aspectos trascendentes que se interpretan en el lenguaje de la geometría. Son escultura de tamaño reducido que se abren al espacio empleando poco material, haciendo que el aire que queda entre los pliegues sea, también, materia escultórica. Han sido realizadas en mi taller de Madrid en acero utilizando la técnica de la forja en frío con algunos puntos de soldadura que quedan ocultos a la vista. 

Juan Ramón Martín

Juan Ramón Martín (1958, Madrid) es arquitecto por la Universidad Politécnica de Madrid. Escultor y profesor de dibujo en la Fundación Universitaria CEU San Pablo. Fundó el estudio de arquitectura y escultura Kleearquitectura que dirige desde 1988 en Madrid. Ha realizado numerosos proyectos de arquitectura y paisaje. Obtuvo el Premio COAM en 2005 por el Canal de Navalcarbón en Las Rozas. En el año 2019 realizó el Monumento a los Marineros griegos que quedó instalado en la Isla de Rodas, tras ganar el concurso internacional conmemorativo dentro del V Centenario de la Vuelta al Mundo. En 2006 comienza sus trabajos de escultura en metales, actividad ininterrumpida desde entonces.

Juan Ramón Martín
Eloísa de la Hera 9
28035. Madrid
+34 686 45 96 31
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