En su taller en Burgohondo (Ávila), Julio y su equipo preparan la cal que después es empleada en fachadas y paramentos de toda la península. Los primeros contactos de Julio con este material se produjeron en su juventud, cuando, con el fin de ganarse la vida, pintaba o enjalbegaba paredes con pintura de cal.
Después, en Barcelona, conoció al maestro pintor y estuquista Joan Campreciós, quien, descendiente de una larga saga de maestros estucadores, le enseñó gran parte de las posibilidades que ofrece la cal como material de construcción. También le enseñó cómo utilizar la cal en la ejecución de esgrafiados, técnica en la que Julio se especializó con los años hasta convertirse en uno de los maestros más reconocidos del oficio en España.
Gracias a la naturaleza itinerante de su empresa Julio ha podido recorrer durante los últimos treinta años toda la geografía española. Estos viajes le han brindado la oportunidad de familiarizarse con las diversas técnicas que son características del trabajo con cal en cada región del país, técnicas que ha terminado por integrar en muchas de sus obras.
“Somos ambulantes y nos vamos adaptando a las peculiaridades de cada parte de la geografía española, con sus artes constructivas específicas. Nos gusta hacer cosas que parezca que lleva ahí toda la vida. Una fachada queda bien cuando se mimetiza con el ambiente. Yo amo la cal. El oficio de mi vida es este. La vida consiste en buscar tu espacio, tu sitio. Yo soy feliz con lo que hago. Porque no es lo que hacemos, es lo que somos”, comenta Julio Barbero.
De esta manera ha incorporado elementos del esgrafiado segoviano, conocido por sus motivos geométricos y arabescos; ha adoptado en ocasiones la simplicidad de los lisos a la madrileña; ha explorado la complejidad del esgrafiado catalán, con su amplia gama de motivos, que incluye desde figuras humanas y animales hasta escenas de la vida cotidiana; y ha experimentado con los fingidos toledanos, que son revocos en los que se recrean fachadas de ladrillo u otros materiales, a modo de trampantojos.
El proceso de trabajo de Julio y su equipo se inicia con el apagado de la cal viva, producida a partir de algunas de las mejores canteras de España y Portugal. La continua hidratación del óxido cálcico en los depósitos de su empresa les permite trabajar siempre con morteros tradicionales de cal grasa de gran calidad, aquellos que hayan pasado al menos tres años almacenados.
A lo largo de su extensa trayectoria profesional Julio ha realizado muchos proyectos en toda España, entre los que cabe destacar los revocos exteriores del Palacio de Trénor, en Asturias; la intervención en el tramo elevado del Acueducto de Segovia; la rehabilitación del Castillo de Turégano, también en Segovia; las labores de rejuntado de piedra realizadas en la Puerta de Alcalá, en Madrid; o los numerosos esgrafiados y otros acabados de cal realizados en innumerables fachadas de edificios residenciales, tanto históricos como de obra nueva, en las ciudades de Ávila, Segovia y Madrid.