María Jesús Manzanares: la memoria bordada del tiempo

13 mayo 2025
El trabajo de María Jesús Manzanares no se limita a la pintura o el bordado: es, sobre todo, una forma de estar en el mundo. Su aproximación al arte es reflexiva y corpórea, íntima y política. En sus piezas, la emoción se inscribe como un rastro o cicatriz, como huella en el tejido o en la superficie del papel.
— foto Andy Solé —
Home

Desde su estudio en Plasencia, María Jesús Manzanares cultiva una práctica artística profundamente conectada con la memoria, el cuerpo y la materia. Su obra, reconocida dentro y fuera de Extremadura, se alimenta de un saber íntimo que hunde sus raíces en los oficios tradicionales femeninos y en una sensibilidad pictórica que prioriza el gesto, la materia y la carga simbólica del color.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, con estudios de doctorado en Estética en la Universidad Autónoma de Madrid, Manzanares ha sabido conjugar durante años su vocación pedagógica con una intensa producción artística. Desde los años noventa, su trabajo ha estado presente en ferias como ARCO o Art-Madrid y forma parte de colecciones como las del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC), el Museo Vostell-Malpartida o el Museo de Cáceres.

Acción poética. Serie Danza a Jano sobre papel Figueras. 290 g/m. 180 x 160 cm.
Jano II. sobre papel Figueras. 290 g/m. 230 x 160 cm.
Jano III. Acrílico sobre tabla. 125 x 95 cm.
Jano IV. Acrílico sobre tabla. 125 x 95 cm.
Dibujar el tiempo. Serie tres. Acrílico sobre papel Muguruza . 240g/m. 43 X 30 cm
Dibujar el tiempo. Serie pequeña
Acrílico sobre papel Muguruza 240 g/m
29 X 21 cm
El suelo que conforma un arranque de prado. Acrílico sobre tabla. 125 x 95 cm.
Acrílico sobre tabla. 125 x 95 cm.
Acrílico sobre tabla. 125 x 95 cm.
Mujer bajando la escalera.
Homenaje a Eadweard Muybridge.
Serie de 10 obras ovaladas.
Técnica mixta sobre tabla. 60 x 40 cm.

Hija de una familia donde el amor por el conocimiento y el arte era cotidiano, creció entre hilos, fibras naturales y labores textiles que las mujeres de su entorno manejaban con maestría. Su madre le enseñó a bordar, a tejer con lana o centeno, y ese legado manual, tan íntimamente ligado al tiempo y al cuidado, sigue presente hoy en su obra. «Siento una especie de sosiego o ensimismamiento al deslizar el color sobre la superficie», confiesa Manzanares. El trazo para ella es un acto vital, una manera de inscribir el tiempo en la materia.

Tapiz Sobre tu cama II. Bordado, ganchillo con hilo y rafia y sobrepuesto sobre lino antiguo. 150 x 120 cm.
Costal II. Bordado, sobrepuesto y manija de cuero sobre costal de lino y estopa antiguo.180 x 56 cm.
Costal VI. Bordado, sobrepuesto y dibujo sobre costal de lino antiguo. 180 x 56 cm.

Además de la pintura, su investigación se ha volcado en el libro de artista —como en Guardas (2021)— y en el uso del papel y el textil como soportes para una obra que busca nuevas formas de narración visual. Su paleta cromática, austera y esencial, se compone de negros, tierras y ocres, y en ella conviven lo ancestral y lo contemporáneo.

Estás viendo un contenido de marcador de posición de Vimeo. Para acceder al contenido real, haz clic en el siguiente botón. Ten en cuenta que al hacerlo compartirás datos con terceros proveedores.

Más información
Libro 5. Mujer sin rostro

Instalar el tiempo, habitar la emoción

Su obra se despliega siempre en diálogo con el espacio. En exposiciones como Nómadas, donde trabajó con antiguos costales de lino, o Negro Humo, centrada en los paisajes carboníferos del Valle de Laciana, la artista articula una poética del desplazamiento y la transformación.

Exposición Nómadas.
Exposición Negro Humo.

En Erosión, presentada recientemente en la Sala Hebraica de Plasencia, Manzanares dialoga con los poemas de José García Alonso. Los dibujos, abstractos y atmosféricos, acompañan sin invadir los versos. Como escribe Manuel Pozo en el catálogo: “La distancia respetuosa que va del color a la palabra […] como la luz de un meteoro en la madrugada, ilumina sin molestar, adorna y vivifica, ilustra sin remedar”.

Exposición Erosión. Sala Hebraica de Plasencia.

También La palabra bordada —proyecto en el que rescata el formato del dechado tradicional— plantea un homenaje a las labores femeninas desde la poesía visual. Bordar letras, escribir con hilo, componer desde el reverso. A través del uso de materiales como el lino, la rafia o el esparto, Manzanares conecta pasado y presente, creando puentes entre memoria y deseo.

Exposición La palabra bordada.

Bordar el mundo

El trabajo de María Jesús Manzanares no se limita a la pintura o el bordado: es, sobre todo, una forma de estar en el mundo. Su aproximación al arte es reflexiva y corpórea, íntima y política. En sus piezas, la emoción se inscribe como un rastro o cicatriz, como huella en el tejido o en la superficie del papel. Agujas, postales antiguas, sacos de trigo, camisas de lino, papeles de archivo o lana son elementos que se cargan de sentido, resignificados por su mirada y su gesto.

“Las creaciones de esta artista extremeña —escribe Manuel Pozo— mantienen un aire familiar de dulzura melancólica y de reivindicación femenina que el espectador reconoce al instante”. Y es ahí donde radica su fuerza: en el respeto profundo por los fundamentos de su obra —la emoción, la permanencia, la técnica— y en su capacidad de convertir lo cotidiano en símbolo.

Durante el Madrid Design Festival pudimos ver algunas de sus creaciones en Gancedo, en la calle Velázquez, junto a otras creadoras del colectivo Lacianart. También participa actualmente en el proyecto Las huellas de Altamira, en La Térmica Cultural de Ponferrada.

Exposición «El valor del arte textil». Gancedo en el contexto del Madrid Design Festival.

María Jesús Manzanares
Plasencia (Cáceres)
+34 619 027 395
mariajesusmanzanares.com
@mariajesusmanzanaresserrano