Viruta Lab diseña Casa Gesso, un homenaje arquitectónico a la obra de Ángela García Codoñer

7 febrero 2025
Viruta Lab ha proyectado una vivienda de nueva planta en Picanya, València, que integra la arquitectura residencial contemporánea con el legado artístico de Ángela García Codoñer, icono del arte feminista valenciano de los años 70.
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El estudio de arquitectura y diseño de interiores Viruta Lab, liderado por David Puerta y María Daroz, ha diseñado Casa Gesso, una vivienda de nueva planta que establece un diálogo entre la arquitectura contemporánea y el legado artístico de Ángela García Codoñer, figura emblemática del arte feminista valenciano de los años 70.

Casa Gesso se concibe como un lienzo en blanco habitable, una plataforma para la reflexión sobre la obra de García Codoñer, que pone en valor su legado artístico y feminista en el contexto actual. Esta residencia trasciende lo convencional al rendir homenaje a las obras de la artista, particularmente a sus icónicas series Morfologías, Misses y Labores, las cuales transforman el lenguaje contemporáneo arquitectónico. Cada espacio de la vivienda ha sido diseñado como una reinterpretación espacial de estas obras, preservando el discurso crítico y social que caracteriza la obra de la artista.

Arquitectura que va más allá de lo convencional

La fachada de Casa Gesso, revestida en plaqueta porcelánica de tono hueso, evoca los antiguos lavaderos que albergaban los estudios de artistas, creando una continuidad visual entre el exterior y el interior. Este diseño invita a la reflexión sobre los temas abordados en la obra de García Codoñer, convirtiendo la vivienda en una plataforma para la contemplación del arte y la crítica social.

La vivienda se organiza en dos volúmenes que resuelven la transición entre edificaciones de diferentes escalas. El primer volumen, de altura y media, alberga la zona de día, mientras que el segundo, de dos alturas, contiene la zona de noche y los aseos. Una escalera integrada en un paquete lineal de armariada de madera de roble tintado articula ambos espacios. Un patio interior actúa como el corazón de la casa, aportando luz y ventilación, además de servir como transición entre el salón y la zona de comedor-cocina. Este espacio se completa con un revestimiento de porcelánico sobre plots, precortado para emular el revestimiento vertical.

Los volúmenes retranqueados crean un juego de espacios, luces y sombras en ambas fachadas, mientras que las ventanas de la zona nocturna, rasgadas verticalmente, enfatizan la altura y aportan privacidad. La iluminación artificial combina lámparas decorativas con luz LED difusa oculta, generando ambientes cálidos y funcionales. El pavimento interior, unificado con porcelánico en gran formato, otorga cohesión visual al proyecto.

Espacios que cuentan historias sobre el feminismo

El espacio central de la casa reinterpreta la serie Morfologías (1973), en la que García Codoñer cuestiona las representaciones del cuerpo femenino en el arte. Esta zona desafía el imaginario masculino sobre la corporalidad femenina con formas sinuosas que aluden a la deconstrucción de estereotipos visuales en la obra de la artista, invitando a reflexionar sobre la evolución de las percepciones de género en la sociedad española. Interior y exterior se funden en un diálogo constante entre la calidez y sobriedad del pasillo infinito y la luminosidad, opulencia y geometría del patio central, que se erige como el eje de la vivienda.

El dormitorio principal se inspira en la serie Misses (1974-1975), que denuncia la objetificación de la mujer en los concursos de belleza. El cabecero, diseñado por Viruta Lab con un patrón tweed al estilo Chanel, alude a la estética de la alta sociedad asociada a estos certámenes, evocando la sofisticación superficial que caracterizaba la imagen pública de las concursantes. Este patrón, además, remite a las técnicas de collage de la artista, desafiando la construcción mediática de la feminidad. El tweed se convierte en una reminiscencia visual de los antiguos patrones y del punto de cruz, simbolizando la meticulosa construcción de la imagen femenina, tanto en el ámbito doméstico como en el público. A su lado, un foco, en lugar de la lámpara de noche tradicional, evoca los escenarios de los concursos, acentuando la artificialidad de esa representación. Además, el porcelánico presente en la vivienda se extiende hasta el baño, funcionando como hilo conductor visual y creando una deliberada ruptura con la madera natural del mobiliario.

En el salón, la serie Labores (1975-1977) de García Codoñer se convierte en el eje central. La artista exploraba en su obra los trabajos manuales tradicionalmente asignados a las mujeres, y Viruta Lab traslada esos patrones a un lenguaje arquitectónico contemporáneo. De este modo, el estudio transforma el salón en una crítica visual que resalta el peso de estas actividades en la formación del discurso femenino, tanto en el hogar como en el arte. El espacio redefine las labores femeninas, integrándolas en una estética actual que cuestiona las barreras entre arte y artesanía y las normas sociales que las sostienen.

La madera natural utilizada en la carpintería y el mobiliario dota de sobriedad y nostalgia al interiorismo. Los tapizados y texturas en tonos neutros y terracotas refuerzan la calidez y neutralidad que envuelve este espacio de reflexión, mientras suavizan las líneas, generando una atmósfera íntima que invita a la contemplación. Este ambiente se ve equilibrado por piezas centrales, como las esculturales mesas de centro en mármol travertino o la imponente mesa de comedor en microcemento. Detalles como las mecedoras y la alfombra, diseñadas por Viruta Lab, hablan de la artesanía para reforzar la cercanía a lo natural y lo manual, características presentes en la obra de García Codoñer.

Arte, arquitectura y crítica social

Así pues, Casa Gesso no solo rinde homenaje a una artista crucial en el panorama valenciano, sino que también habla sobre cómo la arquitectura residencial puede trascender su función básica, convirtiéndose en un espacio de diálogo con el arte y la crítica social.

Viruta Lab ha dibujado un espacio que es un fiel reflejo sobre la igualdad de género y el feminismo, donde romper y reexaminar las narrativas sociales y artísticas que han moldeado la cultura valenciana y española en las últimas cinco décadas. En definitiva, un hogar que permite habitar las ideas de Ángela García Codoñer y demuestra que los espacios residenciales también pueden ser concebidos para la reflexión y cuestionamiento de las normas establecidas.

Materiales, mobiliario y decoración

Plaqueta exterior. Evoque Clear de Natucer.
Porcelánico (fachada, bancadas, suelo, paredes hasta 150 cm y revestimiento duchas) Bera&Bere Light Grey de Living Ceramics.
Carpintería madera. Nomi.
Salón. Banqueta Rem 160×50 de Blasco & Vila. Alfombra Viruta Lab. Sofá modular Kilhe de The Masie. Mesas centrales Blooms de NV Gallery. Cojines cuadrantes Way Cushion de Ferm Living. Cojines decorativos Mandarina de Sancal. Pedestal Pillar Pedestal de Ferm Living. Mecedoras Viruta Lab. Cuadro salón Serie Labores (1979) de Ángela García Codoñer.
Comedor. Mesa comedor Mesa Lucía en microcemento de Decowood. Sillas Vili de The Masie. Jarrones Alvar Aalto de Iittala. Taburetes. Fosca de Blasco & Vila. Cuadro comedor Naranjas, serie Morfologías (1973) de Ángela García Codoñer.
Dormitorio. Cabecero cama Viruta Lab. Cojines cuadrantes Kreta Colours de The Masie. Cojines decorativos Ágatha de Westwing Collection. Mesita de noche Max-Beam de Kartell. Cuadro dormitorio Collage serie Misses (1974) de Ángela García Codoñer.
Estudio. Mesa estudio Viruta Lab. Silla estudio Garold de The Masie. Busto Le Buste de Discphore de Atelier C&S Davoy.

Proyecto: Casa Gesso. Obra nueva, vivienda entre medianeras.
Arquitectura y Diseño de interiores: Viruta Lab.
Arquitectos: David Puerta y María Daroz.
Superficie: 145 m2.
Ubicación: Picanya, València.
Terminado: 2024.
Fotografía: David Zarzoso.
Texto: Viruta Lab.

David Puerta y María Daroz, arquitectos fundadores de Viruta Lab

Viruta Lab

Viruta Lab nace en 2020 como reflejo de las inquietudes artísticas y arquitectónicas de los diseñadores David Puerta y María Daroz. Mientras él plasmaba su pasión por el dibujo pintando en las paredes, ella se formaba en la exigente y delicada disciplina del ballet clásico. Dos vidas ensambladas a la perfección, que funcionan al unísono. Puro efecto diapasón. Así es su arquitectura: funcional, equilibrada, sensible y sonora. Proyectos orgánicos, cálidos y atemporales que nacen de la escucha activa, de la empatía y del trabajo en equipo con el cliente. Espacios residenciales, efímeros, de retail y de contract con un propósito: la emoción. 

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