En una aldea gallega rodeada de montes y silencio, donde la tradición y el futuro se dan la mano, nació Mobalco. Fundada hace más de medio siglo por Francisco Davila, un empresario atípico, con alma de filósofo y vocación de artesano, la empresa ha sabido mantenerse fiel a una visión: hacer de la cocina un espacio que trasciende lo funcional para convertirse en un manifiesto de vida.
Davila no creó su empresa como una simple fábrica de muebles. Desde sus inicios, Mobalco fue concebida como una apuesta por la dignidad del trabajo bien hecho, por la conexión entre las personas y el entorno, por un diseño que respira naturaleza y respeta el planeta. Su liderazgo discreto y tenaz ha impregnado la compañía de una sensibilidad ética y estética que la distingue en el panorama internacional.
Cocinas con alma
Desde 1978, Mobalco crea mobiliario de cocina como una forma singular y personal de ver y sentir la vida. En estos tiempos en los que preocupa tanto la apariencia, Mobalco reivindica lo auténtico, la búsqueda de lo esencial, los valores atemporales. Quiere contribuir a viabilizar un modo de vida sostenible, consciente y responsable.
La sostenibilidad, en Mobalco, no es un eslogan: es una forma de estar en el mundo. La empresa trabaja con maderas certificadas, emplea tratamientos naturales, evita materiales tóxicos y apuesta por una producción local, responsable y transparente. Pero su verdadera revolución es otra: «Ofrecemos cocinas para una vida mejor, no solo para un hogar más bonito. Cocinas que inviten a cuidarse, a cocinar de verdad, a vivir con sentido.»
Esta visión holística de la cocina como centro de salud y de equilibrio ha llevado a Mobalco a redefinir el diseño desde parámetros inusuales. Funcionalidad, sí. Tecnología, por supuesto. Pero también emociones, memoria, silencio. «Diseñar bien es saber renunciar. El buen diseño sugiere, acompaña, no necesita ni presumir, ni gritar»
Cada decisión de diseño —desde la modulación de los muebles hasta la selección de un barniz vegetal— responde a esa ética profunda que en Mobalco resumen así: «Creemos en una cocina que nutre, no que compite. Una cocina que respeta el planeta porque respeta a quien la habita.»


La calidad: el ADN de Mobalco
En Mobalco, la calidad no es una etiqueta: es una actitud. Una forma de estar en el mundo que combina conocimiento artesanal, precisión técnica y un profundo respeto por los materiales. Cada cocina nace de un equilibrio sutil entre naturaleza y oficio, entre tecnología avanzada y manos que saben escuchar la materia.
La madera, protagonista esencial en sus colecciones, se trata como un ser vivo. No se enmascara ni se domestica: se protege. La selección de cada pieza la realiza un maestro con años de experiencia, cuya mirada sensible va más allá de lo que la máquina puede percibir. Los acabados se aplican con extrema delicadeza, capa a capa, con ligeros lijados intermedios para preservar la autenticidad del material. El resultado es una superficie que respira, que conserva su alma, y que revela, al tacto, la verdad del oficio.


Las lacas y barnices utilizados por Mobalco destacan no solo por su resistencia y durabilidad, sino por su bajo impacto ambiental. No contienen formaldehídos ni sustancias nocivas. Lo mismo ocurre con el acero inoxidable, que la firma emplea por su robustez, higiene y reciclabilidad casi infinita. Pulido a mano, reforzado estratégicamente y diseñado para durar, el acero se convierte aquí en un material noble, más cercano a la arquitectura que a la industria.
La obsesión por el detalle se extiende a cada componente: cajones que se deslizan con la suavidad de un gesto medido, bisagras resistentes al tiempo y a la corrosión, interiores tratados con materiales reciclables y resistentes, soluciones técnicas pensadas no solo para funcionar, sino para permanecer.
Mobalco no persigue la perfección como meta estética, sino como forma de respeto: hacia quien habita la cocina, hacia el entorno que la nutre, hacia el objeto que está llamado a acompañar muchas vidas. Una calidad que no se exhibe, pero se siente. Que no se mide en cifras, sino en la experiencia íntima de vivir con lo verdadero.
Las colecciones de Mobalco: varias formas de habitar lo cotidiano
En Mobalco, cada colección es el resultado de una reflexión profunda sobre cómo vivimos, cómo cocinamos, cómo nos relacionamos con los objetos y los espacios. No hay modas, hay actitudes. No hay productos, hay propuestas de vida. Estas son algunas de las colecciones de Mobalco.

Mobalco Avantgarde diseño de vanguardia
Es la expresión más depurada de la cocina contemporánea. Líneas arquitectónicas, soluciones técnicas avanzadas, materiales de última generación. Una cocina que se sitúa en el límite entre el arte y la ingeniería, pensada para quienes buscan innovación sin concesiones.



Mobalco Nature, el huerto en casa
Tal vez la colección más cercana al alma de la firma. Madera maciza, fibras naturales, texturas orgánicas. Es una celebración del origen, una vuelta a lo primigenio, una cocina que huele a bosque y sabe a pan recién hecho. Con un componente abierto que te permite disponer de un cultivo hidropónico con una variedad de plantas aromáticas siempre frescas y al alcance de la mano.

Mobalco Chef, la cocina profesional
Diseñada con lógica profesional pero pensada para hogares reales. Superficies resistentes, flujos de trabajo optimizados, cada módulo, cada detalle, responde a la lógica del cocinero. Es una cocina para personas que cocinan con pasión, para quien elige la materia prima y la transforma con las manos. Una oda al gesto, al fuego, al aroma.



Mobalco Orgánica, la cocina holística
Curvas suaves, geometrías que fluyen, superficies que acarician. Esta colección investiga nuevas morfologías para reinterpretar el espacio culinario desde una visión sensual y envolvente. Una cocina para tocar, para habitar con todos los sentidos. Con elementos vanguardistas como el Orgavital y los accesorios exclusivos Mobalco, como la máquina de hacer pan o el germinador de semillas, convierten a la cocina Mobalco Orgánica en un espacio para cambiar nuestro modo de vida.

Mobalco Essential, sobriedad y elegancia
La síntesis perfecta entre diseño, calidad y accesibilidad. Líneas puras, sin artificios, para quienes valoran la honestidad del producto: precisión matemática con frontales de 45º que facilitan la apertura de los cajones en cualquier posición. Equipamiento interior de gran calidad y perfecto acabado. Colgantes con puertas articuladas que facilitan la localización del contenido, ampliando el campo visual. Una cocina que elimina lo superfluo para dar protagonismo a lo esencial.



Mobalco Métrica, elegancia atemporal
Una sobria combinación de formas limpias y depuradas que le otorgan a este conjunto un aspecto sólido y atemporal. La Cocina Mobalco Métrica dispone de un programa de acabados en madera y laca de alta resistencia que permite imprimir al conjunto una fuerte personalidad. Su estudiado diseño facilita la apertura de los cajones con una gran comodidad, gracias a sus frontales de 26 mm. de grosor con amplio espacio de agarre. Pensada para los amantes de la belleza y la armonía.
Cocinas que cultivan: el ecosistema Mobalco
Más allá del mobiliario, Mobalco propone un universo completo. Un sistema diseñado para cultivar salud, sostenibilidad y autonomía alimentaria desde el corazón del hogar. En Mobalco lo resumen con claridad: «Queremos que la cocina vuelva a ser un lugar de cuidado. No un escaparate, sino un taller donde se transforma la vida.» Estos son algunos de los elementos que enriquecen este ecosistema:
Orgavital el corazón de la cocina. En él se pueden equipar algunos accesorios exclusivos de Mobalco como la máquina de hacer pan o el germinador de semillas. El objetivo es disponer de lo necesario para preparar un buen desayuno, con todo a mano. Tras sus puertas articuladas o retráctiles todo queda perfectamente ordenado para volver a utilizarlo.







La cocina como lugar de encuentro
En un tiempo marcado por la prisa, el artificio y la obsolescencia, Mobalco insiste en una idea radicalmente sencilla: volver a lo esencial. A lo que nutre, a lo que permanece, a lo que tiene sentido. En sus cocinas no hay espectáculo, hay sustancia. No hay ornamento gratuito, hay belleza silenciosa. Porque, como recuerdan en Mobalco «Una cocina bien pensada puede cambiar nuestra manera de vivir. Nos devuelve al cuerpo, a los sabores, a la escucha.»
Mobalco no fabrica cocinas: cultiva vínculos. Entre las personas y los alimentos, entre la técnica y la emoción, entre el diseño y la naturaleza. Cada proyecto es una invitación a habitar con más conciencia el espacio que mejor nos define. Ese espacio donde se amasa, se espera, se conversa. Ese lugar donde la vida empieza cada día.
Quizá por eso, al abrir una puerta o apoyar las manos en una encimera de Mobalco, uno no solo encuentra funcionalidad. Encuentra un latido. Una filosofía que habla bajo, pero dice mucho. Un compromiso que no presume, pero transforma. Un modo de hacer que honra el pasado para construir un presente más digno, más sano, más bello. Y eso, en el fondo, es lo que Mobalco propone: no una cocina nueva, sino una forma nueva, más humana, más libre, más consciente, de estar en el mundo.
Fuente: Mobalco.
Mobalco
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